Una y mil veces suspiras con tu aliento fresco
en mi oído que sabe reconocerte.
Cautelosa y sin prisa, vas prodigándote poco a poco
sobre la tierra que podría mojar mis pies.
Y te muestras cristalina, con color de arena
cuando pasas por los rincones
que no cesan de saludarte.
Entonces bajas, porque las cuestas siempre
te vienen bien para deslizarte,
casi siempre trazando un hilo
por las orillas de las casas.
Y te refugias en los pequeños baches,
donde algun coche pasará
y salpicará con tu clamor
a algún transeúnte que quiera escapar de ti
corriendo.
También te posarás en las hojas de las jacarandas,
cuyas campánulas no resistiran tu peso
y caerán inertes al suelo
para dejar una alfombra de color violeta
por donde pasaré y volveré a sentir nostalgia
porque tienes la virtud siempre
de darle a mi alma sosiego,
pero también un poco de melancolía-
Libre albedrío, plagio de frases célebres, poesías de mi propia inspiración y poesías ajenas.
miércoles, 16 de mayo de 2012
sábado, 5 de mayo de 2012
Salvación
Salir del laberinto imposible
que en el medio de sus paredes
aprisiona mi destino.
Encontrar la salida al verde campo de sosiego,
de calma absoluta,
de reconfortantes astucias
que me permitieran yacer tranquila
como la hierba alegre a las orillas del Rhin.
Y luego el resplandor en las hojas delicadas de mis dias,
para agradecer en este nuevo amor
una esperanza, una dicha infinita.
Tomar, dejar ir y agradecer,
que un día llegaras con las manos
extendidas de par en par
recibiendo y entregando a la vez
la suprema felicidad.
que en el medio de sus paredes
aprisiona mi destino.
Encontrar la salida al verde campo de sosiego,
de calma absoluta,
de reconfortantes astucias
que me permitieran yacer tranquila
como la hierba alegre a las orillas del Rhin.
Y luego el resplandor en las hojas delicadas de mis dias,
para agradecer en este nuevo amor
una esperanza, una dicha infinita.
Tomar, dejar ir y agradecer,
que un día llegaras con las manos
extendidas de par en par
recibiendo y entregando a la vez
la suprema felicidad.
Corazón Ambigüo
Luchando contra el fantasma de la ambigüedad
mi corazón está,
entregándose a él,
deseándole a ella.
Confundido entre la sensualidad y un punto ciego
vuelvo a morirme entre sus brazos
entre el aroma y el sosiego
mientras ella juega con mis deseos...
Cruel y misteriosa
provoca los instintos reprimidos
que dormidos habitaban
en el fondo de tu océano.
Hermosa y calculadora
de sonrisa angelical
me tienta con sus deseos
que luego me hace creer
Son los míos...
Y mientras ella juega
a él me entrego.
Ingenuo, apasionado,
felicidad que dura una noche
Hasta el día siguiente en que sus besos
se tornan fríos y distantes.
Porque sé que de mí pretende el placer del momento
para perderse nuevamente
en una nube como siempre
que se va con el viento.
Y entonces ella como si supiera todo
y prometiendo el oro de su piel
se sabe conmovedora,
seductora.
Y afila sus uñas en la espalda de mis anhelos
de mis pensamientos...
Y todo queda claro. Y no hay amor,
y no hay dolor tampoco.
Hechizo infernal de cinismo,
de sinsabor que tiene un gusto exquisito,
como el mismo dolor.
mi corazón está,
entregándose a él,
deseándole a ella.
Confundido entre la sensualidad y un punto ciego
vuelvo a morirme entre sus brazos
entre el aroma y el sosiego
mientras ella juega con mis deseos...
Cruel y misteriosa
provoca los instintos reprimidos
que dormidos habitaban
en el fondo de tu océano.
Hermosa y calculadora
de sonrisa angelical
me tienta con sus deseos
que luego me hace creer
Son los míos...
Y mientras ella juega
a él me entrego.
Ingenuo, apasionado,
felicidad que dura una noche
Hasta el día siguiente en que sus besos
se tornan fríos y distantes.
Porque sé que de mí pretende el placer del momento
para perderse nuevamente
en una nube como siempre
que se va con el viento.
Y entonces ella como si supiera todo
y prometiendo el oro de su piel
se sabe conmovedora,
seductora.
Y afila sus uñas en la espalda de mis anhelos
de mis pensamientos...
Y todo queda claro. Y no hay amor,
y no hay dolor tampoco.
Hechizo infernal de cinismo,
de sinsabor que tiene un gusto exquisito,
como el mismo dolor.
Entendiendo
Busco razones para no ceder
a la antítesis de mis principios,
mientras apareces como tentación
de dulzura y delicadeza
que no sé bien si tomar
o si dejar para no hundirme
en el placer de amarte.
Sin embargo al pensar
en tu sonrisa y suavidad
el deseo me toma por sorpresa
violento, inaguantable
Y juegas a que tú me provocas
y a que yo te busco
para que tú con la mano en la cintura
y dueña de tu poder
Me rechaces jugando a incitarme.
Y me haces creer que tu eres la reina
y yo una simple sierva, en pos de tus caderas
y del aroma de tu pelo
que podría enloquecer mis sentidos
con tan solo un beso y un roce de tu piel.
a la antítesis de mis principios,
mientras apareces como tentación
de dulzura y delicadeza
que no sé bien si tomar
o si dejar para no hundirme
en el placer de amarte.
Sin embargo al pensar
en tu sonrisa y suavidad
el deseo me toma por sorpresa
violento, inaguantable
Y juegas a que tú me provocas
y a que yo te busco
para que tú con la mano en la cintura
y dueña de tu poder
Me rechaces jugando a incitarme.
Y me haces creer que tu eres la reina
y yo una simple sierva, en pos de tus caderas
y del aroma de tu pelo
que podría enloquecer mis sentidos
con tan solo un beso y un roce de tu piel.
Belleza
Encontré en la lozanía de tu piel
las razones que me atan a la vida
y a seguir esperandote junto a mí.
Suave piel dorada que quise atesorar
en mis recuerdos más profundos
donde tus anchos hombros
y cada línea fué grabada delicadamente
Para que yo, enamorada en ese instante
pudiera hallarte el más hermoso
de entre todos.
Cada uno de tus pliegues
de la firmeza de tu cuerpo
me pareció perfecto.
Como si la vida y la muerte mismas
conjugadas en tus manos
y en tu aroma
fueran principio y fin
de la historia que me permitirá
recordarte así:
joven e insoportablemente hermoso
por siempre.
las razones que me atan a la vida
y a seguir esperandote junto a mí.
Suave piel dorada que quise atesorar
en mis recuerdos más profundos
donde tus anchos hombros
y cada línea fué grabada delicadamente
Para que yo, enamorada en ese instante
pudiera hallarte el más hermoso
de entre todos.
Cada uno de tus pliegues
de la firmeza de tu cuerpo
me pareció perfecto.
Como si la vida y la muerte mismas
conjugadas en tus manos
y en tu aroma
fueran principio y fin
de la historia que me permitirá
recordarte así:
joven e insoportablemente hermoso
por siempre.
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