domingo, 12 de enero de 2025

ausente de mi

Llevo días 
Ausente de mí, 
Lejos de la alegría del día,
Pausada, 
Como en otro plano.
De pronto vienen recuerdos,
Una escena entrecortada en Avila,
Un significado que en ese punto no super dar.

Otra memoria en Toledo,
La compañía de alguien a quien no he visto
En más de 20 años

Esa sensación de que 
ya pasó mucho tiempo 
Con el recuerdo un tanto fresco
Con las ganas de olvidar 

Que, fueron fracasos quizás 
O los jamases de posibilidades
Que se perdieron en un quizás.

Esa eterna melancolía 
Que decidí un día no sufrir
Que regresa cuando no lo decido,
Cuando yo no quiero

Porque no se cómo aceptarla,
Como definir la
Si como un pasado brillante
O la triste melancolía 
Que siempre trae el tiempo.

Ilusiones

 Tan solo son memorias,

imágenes que ya no existen,

sensaciones, recuerdos, escenas

que no dejan respirar.

Duelen, se encajan en el cuerpo,

en la mente, en la respiración.

Trato de difuminarlas porque en este preciso momento

acepto que no son más.

La realidad aplasta las nubes de pensamientos

que se agitan en mi mente,

el momento se encarga de que mi mente perciba

lo que sucede en este instante.

Escucho un eco que me recuerda

que ahora es el momento,

no hay pasado ni futuro,

los dejo partir y agradezco que se vayan,

pues han dejado su reflejo en mi vida.

Entiendo que la vida tiene un propósito mayor

a la posesión y al rencor.

Con claridad, percibo que el objetivo deberá ser, 

elegir lo que el alma designe,

lo que ella y mi espíritu encaminen.

No debe haber otro sendero que ése,

entregarme al impulso de mi alma, 

escucharla y sentirla.

Pasado

 Miro hacia atrás y todo lo que fué

ya no es más.

Se quedan mis recuerdos más queridos,

de la niñez, de los verdes prados que llenaban mis ojos.

Solo viven en mi mente aquéllos a quien amé tanto

también el dolor que me causaron,

la soledad que me hicieron vivir

las casas grandes y llenas de secretos

que nunca comprendí.

Se fueron y con ellos nació una cierta añoranza,

una desesperanza,

una pregunta que solo tiene una respuesta. Nunca.

Todos y cada uno se fueron,

sin decir adiós,

sin poder ver su rostro, sin alzar mi voz.

Se quedó el dolor del jamás,

del no podrá ser más.

Y aunque sigo mi vida, me ocuparé del presente,

vendrá ocasionalmente este fantasma

que me recordará lo que fué

y la sensación de no aceptar

que ya no más,

acabará con mi alegría, 

con mi paz.