jueves, 3 de abril de 2008

Cambiando el destino

Podría quedarme, sí, parasiempre
a tu vera, sufriendo, amándote
hasta el final de mis tiempos,
sí, claro que podría...

Pero no existe razón suficiente
que me ate a tí,
ni siquiera el amor tan grande
que alguna vez sentí.

Porque solamente existe una vida,
un tiempo finito en nuestra carrera
sobre el mundo,
un tiempo limitado de juventud,

tiempo corto de reflexión de los sentidos
que alienta a seguir o quedarse.

Ahora no me queda nada más que un vacío,
de nada, de tí,
de mí para tí,
porque no hay ya más lágrimas,

ni intentos sobre tí que hagan que me quede.

En un lugar donde el sol no se oculta,
donde todo, costumbres, gentes y tú
encuentran ese rellano de paz
que yo, he perdido a tu lado.

Y no es que reproche nada,
simplemente un error, unos años
un tiempo y no floreció lo que esperabamos.

Inútil preguntarse ya dónde hubo un fallo,
dónde nos quedamos cortos para salvarlo.

Nada, no queda nada ya, simplemente aguardar el tiempo
en que te diga adiós.

No hay comentarios: