lunes, 24 de agosto de 2009

Mar

Solitario estallido de las olas,
que asemejan tus deseos
de corales que se extienden en el fondo
del azul de tu oleaje.

Como las algas, tu cabello se mece
con la corriente de la tibieza de mis manos,
que buscan más allá, la espesura de tus lirios,
que flotan en la orilla de tu boca taciturna.

Silencio... el rumor de las estrellas de mar,
que se agitan con lentitud sobre la arena blanda
en busca de mis labios, vienen sobre mi,
danzando en un vaivén marino que no cesa...

Trémulo y dubitativo,
un caballito de mar se acerca, no sabe lo que hacer,
que la corriente se torna tempestuosa,
no permite que se cubra,

Decidido, se procura el cobijo en las profundidades
de mis arrecifes que de dulces y brillantes tonos
se han tornado al verle pasar...

Alegría de tus tonos en el ancho oleaje,
que de espuma cubre en plenitud
tus cuentas de acuamarina,
con mis ostras salvajes abriendose en prontitud.



Silvia Guadarrama
Hermoso potro salvaje
que cabalgas a la luz de la luna,
mis noches de soledad
que no cesan de buscarte.

Dulce agonía entre tus manos,
sentir el dolor de tu pasión salvaje,
que no cesa, que desea,
que posee.

Tu juventud inyecta en mis sentidos,
el aliento de vida que no conocía,
el grito perfecto que no deja de decirte,
de entre todas mis alegrías, tu piel dulce

la mejor de todas las playas en verano,
para recostarme y descansar el mar.


Silvia Guadarrama
Suerte que en tu cuerpo puedo mis manos andar,
al compás de tus suspiros mis tiempos reposar.

Tu cabeza en mi pecho, imagen preciosa,
que ahora recuerdo con singular alegría,
llenando de ternura mis miradas
al verte descansando en mi pecho.

Dulces tus ojos cerrados, tu cabello negro como el azabache,
dibujado entre las sábanas que cubrían tu cuerpo de guerrero salvaje.

Recuerdo imborrable de tu piel de terciopelo,
que me regala su roce cada vez que me haces tuya....

Milagro del destino que ha querido obsequiarme,
será el cielo, será el infierno,
cuando cada vez que me poseas,
la vida empiece y termine

en cada espasmo de tu cuerpo sudoroso
que se agita al compás de nuestros deseos...



Silvia Guadarrama

lunes, 17 de agosto de 2009

Engaño

Intento creer que te quiero,
pero el corazón se esconde y me dice que no,
recordando tus palabras frías
que pusieron un alto a mis sonrisas.

Demasiado rápido, dijiste tú,
con mi ilusión deshecha entre tus manos,
te llevaste el poquito amor
que ya crecía en mi interior.

Y no queda ya sino tu aliento,
una sombra lejana de mi ardiente deseo
de amarte y a tí entregarme,
como amor, siempre danzante.

Quise confeccionarte guirnaldas con mis besos,
en tu piel incólume musitar apenas,
las delicias de mi alma rebosante
de mil y una historias de amor embriagante.

Pero el amor no se desea,
el amor nace, crece como espiga tierna,
que se regodea con la tibieza del sol
y echa raíces en la tierra que la cobija.

Lo mío fué quimera de tus manos,
estrella fugaz que iluminó mi vida,
que dió un giro inusitado a mis días.

Ahora no sé qué hacer contigo,
si conservarte o añorarte,
beldad color de roble,
que cual apolo salvaje

te recuestas entre las sábanas
blancas de mis desvelos...
tu pelo revuelto entre mis dedos,

supongo que aún queda viva
la semilla aquélla que casi has matado...

jueves, 6 de agosto de 2009

Invisible

Recuerdos de un tiempo sin tiempo
que recorren mis penas,
con sus besos y caricias,
que tocaron mi cuerpo


y también mi alma...

cuales versos se posaron sus sonrisas
y deseos en mi piel,
amantes fugaces que a mi vida
un rumbo diferente le dieron.

Lujuria, simple y llano deseo de la carne,
pero al final son huellas que en las almas perduran
ellos recordarán mis besos,
aún en sueños, lejanos,

aunque mi nombre no lleguen sus labios a pronunciar,
sé que una parte de mí
se ha quedado en sus desvelos...