que cabalgas a la luz de la luna,
mis noches de soledad
que no cesan de buscarte.
Dulce agonía entre tus manos,
sentir el dolor de tu pasión salvaje,
que no cesa, que desea,
que posee.
Tu juventud inyecta en mis sentidos,
el aliento de vida que no conocía,
el grito perfecto que no deja de decirte,
de entre todas mis alegrías, tu piel dulce
la mejor de todas las playas en verano,
para recostarme y descansar el mar.
Silvia Guadarrama
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