miércoles, 26 de julio de 2017

Mirada

Te vi en el espejo:
Hermosa, brillante,
Sonriente.

Y me pregunté cómo es
Que nadie te ha visto todavía
Así: linda, amorosa, amable.

Será que no les dejas verte
Será que no puedes verte.
Lo cierto es que yo te escribiré

Estos versos, linda,
Líneas que te hagan sentir
Como lo que eres: la más bonita
Que yo haya visto.

Me gusta el color de tus ojos de miel
Y tu pelo rizado que juguetea
Entre tus dedos.
Me gusta tu boca que es dulce.

Me gustan tus cejas y tus pestañas
Me gusta tu cuerpo
Y tus caricias,
Me encanta tu pasión
Y tu risa.

Te quiero niña hermosa,
Dulce musa,
Tierna amante,
Mujer adorada.

Toma mis versos amada mía
Y adorna tu bello rostro con ellos.
Que quien te vea lo haga como yo:
Perfecta, maravillosa.

martes, 25 de julio de 2017

Silencio

Me gusta el silencio
Que viene de la nada.
Me gusta el espacio
Que deja en mi ventana

Y su calma y su ritmo
Que se mecen al pie de mi cama.

Me gusta el silencio y su blanca sonrisa
Que resuena en mi mente
Clara y concisa.

Me gusta la luz que me da
Y las sombras que de pronto
Profetiza.

Porque hace que recuerde yo misma
La brevedad de la vida
De los momentos que acarician.

miércoles, 19 de julio de 2017

Erase una vez

Erase una vez el país del ensueño
donde todo era perfecto,
donde todo era bueno.

Ahí estaban el amor,
la dicha, la felicidad
absolutas. En absoluta armonía.

Yo insistía en ponerles rostro,
en ponerles nombre,
en llamarles de algún modo.

Entonces un día,
me propuse seguirlas,
encontrar su origen,

entender por qué todo el mundo
las perseguía,
pero al final, todos se perdían.

Entonces surqué todo el tiempo
caminos dolorosos,
caminos poco transitados,

oscuros y angustiosos.

Pero les seguí de cerca,
aunque muchas veces el miedo
y otras distracciones me hicieron presa.

Pero volví al asedio.
Les seguí día y noche, sin saber exactamente
hacia donde me llevaría mi aventura.

Estaba yo sola.
De pronto me cuestionaba si valía la pena
seguir adelante, pues ya me había tomado esfuerzo,
mucho camino, muchos sinsabores.

Y sinceramente a pesar de todo
seguí adelante, venciendo monstruos
y fantasmas,

luchando contra el ansia que se cocinaba
en mi cabeza.

Me fui dando cuenta
de que el monstruo mayor estaba dentro de mí.

Y que sus garras eran mortales,
que mi vida entera había luchado contra él,
a veces pensando que sería mi fin.

Otras veces apaciguandolo,
a veces hasta acariciandolo.

Y le sonreía cuando no me embestía furioso,
con su mirada turbia,
que tan solo amaba morder el amor.

Entonces me propuse amarle,
aceptarle, sonreírle incluso.

Y aún me hallo en ese camino,
porque a veces el monstruo que domino,
aún salta ante algun recuerdo doloroso

Y quiere morderme,
quiere lastimarme con un pasado
que ya no existe.

Otras veces quiere hacerme daño
con la punzada del quizás,
con la promesa del jamás.

Y yo le acaricio, le permito que comience su ataque.

Cuando se da cuenta de que ya no tengo miedo como antes,
que puedo enfrentarlo con serenidad,
cuando puedo calmarme,

entonces se detiene como manso cachorro
a mis pies.

Y busca una caricia,
busca que le bese y le abrace.

Porque al final es parte de mí
y en su delirio de violencia,
habitan el amor, la felicidad y la belleza

que tan solo no sabe expresar...