miércoles, 19 de julio de 2017

Erase una vez

Erase una vez el país del ensueño
donde todo era perfecto,
donde todo era bueno.

Ahí estaban el amor,
la dicha, la felicidad
absolutas. En absoluta armonía.

Yo insistía en ponerles rostro,
en ponerles nombre,
en llamarles de algún modo.

Entonces un día,
me propuse seguirlas,
encontrar su origen,

entender por qué todo el mundo
las perseguía,
pero al final, todos se perdían.

Entonces surqué todo el tiempo
caminos dolorosos,
caminos poco transitados,

oscuros y angustiosos.

Pero les seguí de cerca,
aunque muchas veces el miedo
y otras distracciones me hicieron presa.

Pero volví al asedio.
Les seguí día y noche, sin saber exactamente
hacia donde me llevaría mi aventura.

Estaba yo sola.
De pronto me cuestionaba si valía la pena
seguir adelante, pues ya me había tomado esfuerzo,
mucho camino, muchos sinsabores.

Y sinceramente a pesar de todo
seguí adelante, venciendo monstruos
y fantasmas,

luchando contra el ansia que se cocinaba
en mi cabeza.

Me fui dando cuenta
de que el monstruo mayor estaba dentro de mí.

Y que sus garras eran mortales,
que mi vida entera había luchado contra él,
a veces pensando que sería mi fin.

Otras veces apaciguandolo,
a veces hasta acariciandolo.

Y le sonreía cuando no me embestía furioso,
con su mirada turbia,
que tan solo amaba morder el amor.

Entonces me propuse amarle,
aceptarle, sonreírle incluso.

Y aún me hallo en ese camino,
porque a veces el monstruo que domino,
aún salta ante algun recuerdo doloroso

Y quiere morderme,
quiere lastimarme con un pasado
que ya no existe.

Otras veces quiere hacerme daño
con la punzada del quizás,
con la promesa del jamás.

Y yo le acaricio, le permito que comience su ataque.

Cuando se da cuenta de que ya no tengo miedo como antes,
que puedo enfrentarlo con serenidad,
cuando puedo calmarme,

entonces se detiene como manso cachorro
a mis pies.

Y busca una caricia,
busca que le bese y le abrace.

Porque al final es parte de mí
y en su delirio de violencia,
habitan el amor, la felicidad y la belleza

que tan solo no sabe expresar...

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