lunes, 24 de agosto de 2009

Suerte que en tu cuerpo puedo mis manos andar,
al compás de tus suspiros mis tiempos reposar.

Tu cabeza en mi pecho, imagen preciosa,
que ahora recuerdo con singular alegría,
llenando de ternura mis miradas
al verte descansando en mi pecho.

Dulces tus ojos cerrados, tu cabello negro como el azabache,
dibujado entre las sábanas que cubrían tu cuerpo de guerrero salvaje.

Recuerdo imborrable de tu piel de terciopelo,
que me regala su roce cada vez que me haces tuya....

Milagro del destino que ha querido obsequiarme,
será el cielo, será el infierno,
cuando cada vez que me poseas,
la vida empiece y termine

en cada espasmo de tu cuerpo sudoroso
que se agita al compás de nuestros deseos...



Silvia Guadarrama

No hay comentarios: