miércoles, 24 de noviembre de 2010

Divagando

Esta ausencia de ti
que no se apaga con el sueño,
ni mirando el firmamento,
se hace triste, fria y sin consuelo.

Me hace pensar si acaso fueras tú,
o si el chico de los ojos miel
que en mi camino se cruzó
aquél verano del 2007.

Cómo saber si realmente eres tú,
el que pone luces de colores a mis sueños,
el que teje mis deseos más añejos,
con singular maestría y desenojo.

Cómo saber si eres tú,
ángel convertido en hombre
tan sutil, tan perfecto,
con tu mirada diáfana

que se refleja en mis desvelos...

Duda, quizás, porque la melancolía
se me hizo cotidiana,
común cuando la gente no me ve.

Al frente nadie sabe que por dentro
llevo el anhelo de tus besos
y que, por fin, seas de verdad
y no solamente una quimera de mi soledad.

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