Estoy entre tus manos
que no me han tocado aún
y me tienen al borde del paroxismo.
Mi experiencia me dice que no debo desearte así,
que eres ajeno, tu corazón en otro nido.
Y sin embargo mi instinto me empuja hacia tí.
Y entre el deseo y la razón
me debato entre el fuego de tu aroma
y las cenizas de lo que un día el amor fué...
Y sé que no sientes amor por mí,
tal vez también el fuego de la pasión,
una exaltación a tu vanidad quizás...
No debo quererte, lo sé,
pero tu boca es mi prisión,
tu voz es la llave del infierno
que no he tocado aún...
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