martes, 8 de mayo de 2018

Casualidad

Ha sido una hermosa casualidad
Conocerte, viajero transilvano
Con tus ojos almendra,
Tu barba partida que a un griego
Me recuerda.

Me diste un suspiro
Cuando no lo esperaba,
En el momento exacto
Cual martillo que golpea la roca.

Y fuiste viento fresco
De memorias de otros tiempos
Viví en tu relato
Generaciones de bucolicos encantos.

Tus ojos brillaban
Cuando de Rumania me hablabas
Con sus campos de nieve cubiertos
Con sus lunas y sus fuertes inviernos.

Realmente me transportaste
En un par de horas
Al imperio bizantino
Y sus batallas.

Gracias te digo ahora y siempre
Por dejar en mi memoria
La dulce elocuencia de tu infancia
Y la voz de Alan Watts

Entre la vida, el alma,
Los sueños realizados
Y tu sonrisa que me regalaste
Con tanto cariño desbordante.

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