viernes, 23 de septiembre de 2011

Divagando


Soñé con esos campos floridos
tan plenos de tu mirada y nuestros abrazos
cuando al brillar el sol
la felicidad del momento llegaba.

Buscar en tu piel la paz
y la claridad de aguamansa
que solo el ensueño nos trae.

Y pensar que ese instante
pudiera prolongarse indefinidamente
llenando mis sentidos de tu dulzura
y tu sonrisa...

Y sentir, sentir que la vida se me iba
en el canto de luna
que tu adiós me dejó,

porque al dejar de quererme la noche se ciñó
y las estrellas con su manto
mi alma cubrieron,
dandole poesía a mi pena

que siguió sin rumbo,
cual barco a la deriva entre los mares del olvido.

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