sábado, 3 de septiembre de 2011

Tejiendo versos

Al caer la noche pienso en tí,
en el perfume que aumenta mi delirio,
cuando te acercas a mí,
presa en tu hechizo.

Y un verso comienza a asomarse,
descolorido, quizá sin querer llegar
a ninguna parte,

como descosido en el tiempo,
desnudo entre la lluvia
que no cesa de entre el firmamento.

Y llega el momento,
cuando regresa a mí tu recuerdo,
dulce y sinsabor por momentos,
como queriendo asaltarme sin remordimientos,

Me regala la impotencia de tus besos imposibles,
la incoherencia de tu amor que nunca tuve
y la furia del deseo que no podré fundir
con tu perfume.

Tan grande se convierte el verso,
que comienza a devanear entre otros recuerdos
confundiendo amores y nombres,
entretejiendolos todos juntos,

formando al final un solo nombre, un solo credo,
un solo y único dolor
y una sola y única felicidad
jamás concebida.

Tu nombre que mis labios no pueden pronunciar,
tus manos que mi ser ya no podrá tocar...

No existe el pasado ya,
porque sólo eres tú, plasmado en este verso
que se hace inmenso, casi inexplicable,
como el amor insano que vive en mi corazón,

triste por la ausencia
que me dejaste de tí.

No hay comentarios: