Salir del laberinto imposible
que en el medio de sus paredes
aprisiona mi destino.
Encontrar la salida al verde campo de sosiego,
de calma absoluta,
de reconfortantes astucias
que me permitieran yacer tranquila
como la hierba alegre a las orillas del Rhin.
Y luego el resplandor en las hojas delicadas de mis dias,
para agradecer en este nuevo amor
una esperanza, una dicha infinita.
Tomar, dejar ir y agradecer,
que un día llegaras con las manos
extendidas de par en par
recibiendo y entregando a la vez
la suprema felicidad.
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