domingo, 25 de agosto de 2013

Vida

Tengo en la memoria
una luz, una antorcha
siempre encendida.

Será tan solo
que extraño tanto la primavera...

Esos días tan llenos de vida,
cuando como al nacer,
todo, todo es como una tierna caricia.

Siempre, cuando es verano,
yo tengo ganas de su risa.

Cuántas veces te sentí llegar,
las mismas que te vi partir,
y sin embargo, más que nunca
hoy eres para mí

Hermosa dama
que ahora se prodiga para mí.

No te vayas ahora,
sé que hace poco que fué que te ví,
pero justo ahora no te vayas

porque me faltan los cantos de los pájaros que te alaban,
porque me faltan tus abrazos, tus cabellos de oro
en la piel de mis andanzas.

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