domingo, 26 de marzo de 2017

Domingo

Es la tarde de domingo
Donde apenas se escuchan
Los cantos animados de los pájaros
Que disfrutan del tibio sol.

Se respira tranquilidad a cada paso,
Se escucha el rumor de las hojas
Que al compás del viento ruedan
Sobre el asfalto.

Solo paz, tibieza,
Esplendor entre las casas viejas
olvidadas en otros tiempos
Derruidas entre historias antiguas.

Ensueño, dulzura casi maternal
Evocan la calma
El sosiego de domingos
Sin fin.

No quisiera perturbar ni un instante
Las imágenes que a mi mente vienen.
Podría atesorar cada color,
Cada forma,
Cada rostro.

Y mañana se desvanecerán
Ante el implacable reto de la novedad.
Pero ahora, hoy son de oro,
Inexplicablemente eternos.

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